Cuando se cumple un mes de la catástrofe que afectó a distintas localidades del País Valencià y otros territorios del Estado español, las entidades que conformamos la Mesa de las Finanzas Éticas de REAS Red de Redes queremos compartir este comunicado.

En primer lugar, expresar toda nuestra solidaridad y afecto a las personas, cooperativas, organizaciones y entidades afectadas. Les mandamos un cálido y fraternal abrazo en estos momentos de dolor y rabia. Desde la indignación, somos altavoz y articulamos ayudas para las redes de apoyo mutuo que trabajan sobre el terreno. Creemos que la solidaridad, lo colectivo y el trabajo en red son imprescindibles para mitigar los daños y poner los cimientos de una sociedad distinta.

La comunidad científica lleva años alertando sobre la situación de emergencia climática, y cómo está afectando a los ecosistemas y a las personas que en ellos habitamos, así como señalando las medidas necesarias para hacer frente a este reto. Unas medidas que a menudo entran en contradicción con un modelo económico basado en el crecimiento y la acumulación. El sistema capitalista y una parte importante de la clase política, responsables de esta situación, están sistemáticamente desatendiendo esta llamada y siguen priorizando los beneficios a cualquier precio. 

En contraposición, organizaciones y movimientos sociales estamos articulando alternativas que pasan por una necesaria transición ecosocial desde una mirada justa, democrática y ecofeminista. Debemos avanzar hacia un modelo económico que, en lugar del enriquecimiento de unos pocos, ponga la sostenibilidad de la vida en el centro.

En esta propuesta, las finanzas éticas jugamos un papel fundamental. Somos herramientas al servicio de una economía que prima el bienestar de las personas y los ecosistemas por encima de la obtención de beneficios. Estos días estamos viendo cómo estos principios teóricos se llevan a la práctica ante la grave situación que ha dejado la DANA. Las diferentes entidades de finanzas éticas estamos desde el primer momento atentas a las necesidades de la población y las organizaciones, ofreciendo las respuestas más adecuadas a sus necesidades, escapando de la lógica de la maximización del beneficio. 

Para poder imaginar una alternativa al modelo extractivista y ecocida actual, necesitamos unas finanzas democráticas y participativas en las que prevalezca la inversión ética, solidaria y justa y que tengan en cuenta la sostenibilidad desde una visión integral.

Ante el capital y el ecocidio, finanzas para la vida.

Fuente original: economiasolidaria.org

Fotografía original: Raquel Fontanal para La Directa