La salud como servicio público esencial
Desde nuestros inicios, defendemos que consumir es un acto político y, por lo tanto, decidir qué seguros ofrecemos (y qué no) también lo es. Por coherencia con nuestros valores, no hemos comercializado nunca seguros vinculados a actividades que vulneran la vida y la sostenibilidad, como los relacionados con las armas o los juegos de azar.
En esta misma línea, nunca hemos priorizado la oferta de seguros de salud. Nuestra apuesta por una sanidad pública, universal, gratuita y de calidad nos hacía ver estos seguros como una contradicción con la defensa de uno de los pilares del estado del bienestar.
Hoy en día seguimos reafirmando este compromiso y reivindicamos un sistema sanitario público que sea realmente universal, sólido y garantía de cohesión de las comunidades. A la vez, reclamamos a las administraciones públicas que escuchen a las plataformas en defensa de la sanidad pública, que reviertan los recortes y que incrementen la inversión en salud.
¿Ha cambiado la percepción social sobre los seguros de salud?
En los últimos años, hemos constatado cómo una parte —cada vez más significativa— de nuestra comunidad pide información sobre seguros de salud. Las personas que lo solicitan son diversas, pero comparten valores y principios con los movimientos sociales y la economía solidaria. Este interés creciente nos ha llevado a abrir una reflexión interna sobre nuestro posicionamiento.
Los datos del sector asegurador confirman la tendencia que nosotras intuíamos: una de cada tres personas en Cataluña tiene contratada un seguro de salud privado, una cifra que ha crecido un 47% en veinte años. [1] En la ciudad de Barcelona, el porcentaje de personas con seguros de salud sube hasta el 40%. [2]
Las listas de espera, los recortes y la carencia de recursos y profesionales del sistema público explican en parte este fenómeno. Cataluña y Madrid, dos de los territorios del Estado español donde se han impulsado más recortes y privatizaciones en el ámbito sanitario, son también los que concentran más seguros privados de salud. [3]
Todo ello nos interpela y nos lleva a preguntarnos qué papel podemos y queremos jugar como cooperativa en este nuevo escenario.
Nuevas aproximaciones a la salud desde el cooperativismo y la economía solidaria
En paralelo, han surgido proyectos de raíz cooperativa que plantean nuevas miradas sobre la salud, a menudo complementarias a las del sistema público. El directorio de la Xarxa d’Economia Solidària de Catalunya (XES) o el mapa de Pam a Pam ya recogen iniciativas de salud cooperativa, integrativa o comunitaria.
Entre estos proyectos encontramos Integral, Cooperativa de salut, con más de tres décadas de trayectoria. Se trata de una iniciativa sin ánimo de lucro que defiende los valores de la economía social y solidaria, con una perspectiva feminista, una estructura democrática y una visión integrativa de la salud centrada en el autoconocimiento.
Es especialmente relevante la tarea de COS, Cooperativa de Salut Integral, en el distrito del Eixample, en Barcelona. COS impulsa un modelo mutualista en que las socias tienen un papel activo en la autogestión de su salud. El proyecto ofrece un espacio de cuidados colectivos donde el bienestar y la salud son los ejes principales.
Además, los directorios de la ESS recogen otras iniciativas en salud sexual y reproductiva, salud mental, odontología, fisioterapia, actividad física y otros ámbitos en que ya existen alternativas cooperativas y comunitarias. Todo ello evidencia que, fuera del circuito público, están naciendo y consolidándose propuestas de salud alineadas con nuestros valores.
El mutualismo como posible complemento al sistema público
Por su parte, las mutualidades de previsión social tienen una larga tradición en nuestro país. Funcionan sin ánimo de lucro y se basan en la solidaridad, la ayuda mutua y la democracia. Las socias de las mutualidades contribuyen con sus cuotas y, cuando lo necesitan, reciben los servicios que ofrece la mutualidad.
Estas entidades complementan las prestaciones públicas de salud con coberturas como la asistencia sanitaria, el seguro de vida o el seguro de defunción. Actualmente, dos mutualidades de previsión social, Previsora General y Mutuacat están acreditadas con el sello EthSI de buenas prácticas y transparencia, el mismo que certifica nuestro compromiso con la sostenibilidad social y ambiental.
¿La salud cooperativa y mutualista puede complementar la salud pública?
Nos encontramos ante un escenario en que ya existen distintos servicios de salud fuera del circuito público que comparten valores con nuestro proyecto. Algunas de estas iniciativas surgen desde la voluntad de profesionales que quieren ofrecer servicios complementarios al sistema público, con una mirada más holística e integrativa. Al mismo tiempo, una parte de nuestra comunidad, quienes practican un consumo consciente y crítico, pide alternativas a la salud convencional.
Esta situación nos lleva a una contradicción similar a la que ya vivimos en el ámbito educativo. Defendemos una educación pública, gratuita, de calidad e inclusiva, y a la vez trabajamos con cooperativas de enseñanza que comparten valores democráticos, feministas y comunitarios. Esta dualidad, a menudo compleja, forma parte de la realidad de la economía social y solidaria (ESS).
Por este motivo creemos que es el momento de analizar si, desde el cooperativismo y la ESS, podemos empezar a ofrecer soluciones aseguradoras en el ámbito de la salud que complementen la sanidad pública sin debilitarla. Nos preguntamos si es posible apoyar a modelos de salud cooperativos, mutualistas y solidarios sin poner en riesgo la defensa del sistema público. Y también si podemos asumir la contradicción que supone explorar nuevas maneras de entender la salud mientras mantenemos nuestra apuesta por una sanidad universal y gratuita.
Por eso, nos proponemos seguir avanzando desde la conciencia y la complejidad, pero también desde el compromiso. Seguiremos escuchando, compartiendo y dialogando con las iniciativas de salud cooperativa, con las profesionales, con nuestras socias, con nuestra base social y con toda la comunidad de la economía solidaria.
Queremos imaginar juntas si es posible construir alternativas aseguradoras que sean coherentes con nuestros valores y que refuercen, y no debiliten, la sanidad pública. Sabemos que no será un camino sencillo, pero sí un camino necesario: un proceso colectivo para explorar nuevos horizontes y decidir, entre todas, cómo podemos contribuir a una salud más justa, solidaria y democrática. Trabajaremos para abrir esta conversación con honestidad, valentía y mirada transformadora.
Referencias:
- 3cat (10 de agosto de 2024): El nombre d’assegurats en mútues privades es dispara un 50% en dues dècades Recuperado el 16 de mayo de 2025.
- La Vanguardia (18 de abril de 2024): El 32 % de la población de Cataluña y el 40 % de Barcelona tiene póliza de salud privada. Recuperado el 2 de junio de 2025.
- El Periódico (31 de octubre de 2024): Madrid, Cataluña y Baleares, las comunidades que tienen más seguros privados de salud. Recuperado el 2 de junio de 2025.












